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domingo, 10 de mayo de 2009

LA SUMA DE TODAS LAS PARTES

El hombre no es la suma de las partes, ni la división de alma y cuerpo. No es tampoco solo alma (racionalismo), ni solamente cuerpo (empirismo). La naturaleza del hombre, tampoco puede quedar a merced de un punto de vista subjetivo, que se traduce en el parecer de cada quien. Sean cual fueran las diversas posturas, la naturaleza humana en sí, tiene una objetividad intrínseca, un valor por sí misma. Una finalidad que surge de las mismas potencialidades espirituales humanas (inteligencia y voluntad), y un determinado modo de manifestarse en el mundo según sea mujer u hombre. Captar esto nos hace capaces de entender el gran reto de todo ser humano por alcanzar el ideal de excelencia humana.
Es claro que en el hombre todo es relevante y que la verdad del hombre no es un resultado, un mosaico de piezas, no es artificial. El hombre es unitario.
El hombre sen encuentra hoy en una situación muy problemática. Aunque no sea éste un rasgo por completo nuevo, pues el hombre siempre ha tenido que afrontar problemas, quizás la situación actual sea extremadamente difícil, por ser mayor la cantidad y la interconexión de los problemas que salen al paso.

La cultura que forma parte del proceso de la socialización, nos permite interiorizar en la realidad social del hombre, através de esta se aprende a vivir para así, alcanzar la verdad del ser humano es preciso atenerse a su complejidad. Lo característico de la verdad del hombre es su integridad dinámica. El hombre es una unidad que no se reconstituye partiendo de su análisis.

Las diferencias en el hombre son internas, tanto si lo consideramos como somática como anímica y espiritualmente. Un punto no tiene ni puede tener intimidad antes que composición. Los postmodernos dicen que el hombre es desde afuera. Pero con ello niegan la evidencia, porque es evidente que el hombre es desde dentro. Tenemos pruebas de la interioridad humana que ni Derrida puede negar: los sentimientos no son exterioridades. No pueden tener una idea clara y distinta del sentimiento, porque es bastante confuso desde el punto de vista analítico. La antropología tiene que plantearse el problema de la unidad, que es a la vez el problema de lo radical, pero no analíticamente.

JOSE MARIA SUAREZ ORTIZ
¿Quiénes somos, Donde estamos?


BIBLIOGRAFIA
Urubayen, Julia. “El Pensamiento Antropológico de Gabriel Marcel”. Ed Eunsa. Pág. 38

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