Una vez siendo joven le seguí,
Cual ceniza en el viento, sin sentido
Tras El fui con locura y ansia cruel
Por su boca beber sin conocer.
Alguna vez, ingrata, me ausente
Más El, con el sol viajó y en su tibieza
Acarició mi piel y en delirio me ganó.
Otra vez, incierta, me perdí,
Pero puso una estrella que me guió
De la mano a aquel nido, otra vez.
Ahora que las canas atacan y la risa,
De arrugas se cubre cada día,
Junto a mí sigue, fiel y firme,
¡Hasta el fin!, me promete en su mirada.
ANONIMO 7
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