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viernes, 15 de julio de 2011

Amorosa anticipación

 Ni la intimidad de tu frente clara como una fiesta ni la costumbre de tu cuerpo, aún misterioso y tácito y de niña, ni la sucesión de tu vida asumiendo palabras o silencios serán favor tan misterioso como el mirar tu sueño implicado en la vigilia de mis brazos.

Virgen milagrosamente otra vez por la virtud absolutoria del sueño, quieta y resplandeciente como una dicha que la memoria elige, me darás esa orilla de tu vida que tú misma no tienes, Arrojado a quietud divisaré esa playa última de tu ser y te veré por vez primera, quizá, como Dios ha de verte, desbaratada la ficción del Tiempo sin el amor, sin mí.

                                                                           Jorge Luis Borges.

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