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sábado, 10 de diciembre de 2011

EL ESTILO INFORMATIVO Y RELACIONAL ENTRE LOS DIFERENTES GRUPOS DETERMINADO POR EL SEXISMO Y EL ESTUDIO DE LAS CLASES SOCIALES Y LA DISCIRMINACIÓN GENÉRICA.

¿Como diferencia la sociolingüística el género del sexo?
En primera instancia, el estudio del sexismo pone en evidencia la visión dominante de la sociedad y la relación entre los géneros es, predominante, masculina, la existencia de diferentes lingüísticas asociadas al género que implicaría tanto la existencia de diferencias sociales como diferencias culturales. (Una visión diferente de la realidad, diferentes valores y diferentes comportamientos sociales). Este cambio estaría vinculado tanto como el rechazo de la mujer de los distintos estereotipos sociales y lingüísticos como lo que farclough denomina “democratización” del discurso, que conlleva a que las asimetrías de género en el discurso se vean cada vez más cuestionados
¿como se enfoca el término género en el núcleo de conocimiento propuesta a su consideración?
La perspectiva de géneros abordan muchas propuestas más que por motivo de tiempo y de espacio no podemos desarrollar con exactitud estos conceptos dando merito a diferenciar el género como un hecho social y no natural. así mismo los estudios de género como lo determina el feminismo luchando contra la exclusión de las mujeres en todos los ámbitos, cultural, social, político e intelectual y la literatura produce muestras de esas desigualdades de género que contribuyen a la precepción social entre las diferencias entre el hombre y la mujer.
¿Que se entiende por clase social en el ámbito lingüístico?
El lenguaje puede calificarse en diversas categorías, en las cuales se establece la presencia del hablante en relación con la sociedad en general y su grupo en particular. Se hace necesario establecer variaciones que el lenguaje experimenta en su aspecto de significación cuando entran en juego factores, el origen regional, la clase social, la edad, el sexo, la profesión y otras circunstancias que se enmarcan dentro de los contextos ambientales y lingüísticos donde el lenguaje es uno de los modos de representar el medio social, por lo tanto se reconoce que representamos nuestra experiencia de la realidad y nuestras relaciones con lo demás. Es así que el lenguaje encaja dentro del comportamiento socio cultural de los individuos y más específicamente como la estructura gramatical es parte de la cultura y la clase social
¿Que es un estilo informativo genérico?
Propio de los varones para quienes el habla es un medio de preservar su independencia y de negociar su estatus dentro de la jerarquía.
El lugar más adecuado para su desarrollo serán los grupos amplios en los que los vínculos no son muy estrechos, pues en situaciones intimas resultan más difíciles de conservar sin suministrar información personal.
¿Que es un estilo racional genérico?
Propio de las mujeres en el que se suceden las marcas de solidaridad. El énfasis recae en la exhibición de similitudes y en la aportación de experiencias comparables. Figura en las estrategias de cortesía positiva, el suministro de datos privados desarrollados en grupos pequeños, en el hogar, entre amigos, donde son las mujeres las que aportan experiencias personales como ejemplos.
¿Como influye la tendencia socio-económica y cultural en el sexismo?
Por una parte el estudio del sexismo pone en evidencia como la visión dominante de la sociedad y de las relaciones entre los géneros es predominante, masculina, pero también las investigaciones se han dirigido a determinar si existe un sociolecto femenino presente o al menos un estereotipo de habla y conversación femenina las existencias de diferencias lingüísticas asociadas al género implica tanto la existencia de diferencias sociales ”especialmente diferencias de poder” como de diferencias culturales donde hay una visión diferente a la realidad, diferentes valores y diferentes comportamientos sociales y culturales.

sábado, 3 de diciembre de 2011

LA NATURALEZA GENÉRICA DESARROLLADA A PARTIR DEL SEXISMO EN LOS DIFERENTES GRUPOS CULTURALES, TANTO EN LOS HOMBRES COMO EN LAS MUJERES A TRAVÉS DE LAS DIFERENTES ETNIAS.

1. ¿Cómo opera la discriminación lingüística en las mujeres, en cuanto a la enseñanza y aprendizaje y el modo de usar el lenguaje?.

Una de las variables sociolingüísticas más estudiadas, analizadas y comentadas es la del sexo o género. Su correlación con las distintas variantes lingüísticas resulta muy significativa ya que, en principio, hombres y mujeres hablan de forma diferente. Pero ante una realidad que parece clara, tanto la nomenclatura (sexo o género) así como las teorías existentes y su aplicación resultan muy controvertidas, ya que están implicadas variadas características biológicas, culturales y sociales. A esto se suma el desacuerdo existente en poner el énfasis en una u otra categoría o en varias simultáneamente.

Una de las cuestiones cruciales en este tema es si las diferencias entre hombres y mujeres se deben a su propia naturaleza o son aprendidas culturalmente desde la infancia. No son pocas las teorías que se inclinan de uno u otro lado y, por otra parte, es muy frecuente el abuso de los tópicos y de los prejuicios para estudiar esta variable en el terreno de la sociolingüística.


Las primeras investigaciones sobre el rol del sexo en el uso de la lengua apuntan a una consideración feminista, basada, obviamente, en el dominio social del hombre sobre la mujer, que se refleja en los usos lingüísticos de ambos. Baste con observar la postura de Lakoff, claramente encaminada a buscar y a subsanar las desigualdades entre los sexos a través del uso y de las interpretaciones lingüísticas. Ella misma señala al inicio de este trabajo que su intención es aportar pruebas distintivas del tipo de desigualdad existente en la sociedad. Esta idea del uso de la lengua en función del dominio se pone muy en boga durante la década de los 70 y de los 80. 

Por otra parte, el interés por observar dicha distribución en etapas infantiles ha dado lugar a diversas investigaciones sobre las distinciones entre la lengua de los niños y las niñas. Si se mantiene que las diferencias biológicas existentes entre ambos acaban por convertirse en distintas formas de hablar que se consolidan en la etapa adulta, estaremos ante una aproximación del sexo o del género basada en la diferencia. Si, por el contrario, se considera que las diferencias entre los sexos vienen dadas por la distinta socialización de que son objeto los hombres y las mujeres, estamos ante una aproximación basada en el dominio. Dominio y diferencia son, por lo tanto, los dos pivotes sobre los que han girado los análisis del sexo o género.

Una concepción más realista de la influencia del factor sexo en los usos de la lengua debe estar basada en el estudio del comportamiento de hombres y mujeres en relación con otros hablantes y en la producción de su discurso en cada tipo de sociedad, relacionando las distintas formas de hablar con las distintas formas de interactuar, ya que, como señalan Cameron y Coates hay demasiados componentes sociológicos que deben ser incorporados en la metodología sociolingüística. Analizar la interacción sociolingüística da como resultado un mejor conocimiento de las distinciones lingüísticas entre los sexos.

2. El término GENERO es polisémico: ¿Bajo qué enfoque y proyección debe manejarse?.

Con respecto a las diferencias de géneros, los dos ámbitos de trabajo establecidos por la sociolingüística coinciden plenamente con las dos líneas de acción de las lenguas. Por un lado, el estudio del sexismo pone en evidencia cómo la visión dominante de la sociedad y de las relaciones entre los géneros es, predominantemente, masculina.

La segunda línea de investigación se ha dirigido, en cambio, a tratar de elucidar si existe un sociolecto femenino (una forma de habla típicamente femenina) o, al menos, un estereotipo de habla y conversación femeninas. La existencia de diferencias lingüísticas asociadas al género implicaría tanto la existencia de diferencias sociales (especialmente, diferencias de poder) como de diferencias culturales (una visión diferente de la realidad, diferentes valores y diferentes comportamientos sociales). Esta línea de trabajo permite, además, valorar la naturaleza y la intensidad de los cambios sociales, puesto que las diferencias existentes parecen estarse atenuando. Este cambio estaría vinculado tanto con el rechazo de la mujer de los distintos estereotipos sociales y lingüísticos como lo que Fairclough denomina la "democratización" del discurso, que conlleva que las asimetrías de género en el discurso se vean cada vez más cuestionadas.

3. ¿Qué se entiende por la existencia de un sociolecto femenino?

Entre las aportaciones de la sociolingüística al estudio del habla femenina destaca la contribución de Robin Lakoff. Esta autora propone la existencia de un conjunto de rasgos lingüísticos que aparecerían con mayor frecuencia en el habla de las mujeres, especialmente en las conversaciones mixtas. Estos rasgos diferenciales se presentarían en todos los niveles lingüísticos.

Por lo que se refiere a las diferencias en la entonación y en la variedad de tonos empleados, Lakoff observa mayor variedad de patrones de entonación, así como algunos rasgos específicos, entre los que destaca el que se dote a las oraciones afirmativas de entonación de pregunta. En el nivel fonológico, se ha señalado en las mujeres un comportamiento más conservador y apegado a la norma. Ambos rasgos denotarían inseguridad y consciencia de la falta de legitimidad y de la descalificación social.

En lo relativo al vocabulario, Lakoff señala algunas particularidades en las elecciones léxicas y en la frecuencia de aparición de algunos términos (distinciones léxicas, en campos específicos como el color, por ejemplo, términos como magenta, malva, etc; profusión de adjetivos valorativos positivos como adorable, encantador, divino, etc). Lo mismo ocurriría con todos los elementos que sirven para dar énfasis, como diminutivos y superlativos. 

Igualmente, de acuerdo con Lakoff, las mujeres utilizan giros y fórmulas de cortesía que sustituyen a las formas imperativas (por ejemplo: "¿no te apetecería ir al cine?" o "¿por qué no vamos al cine?" en lugar de "vamos al cine"). Emplean, además, elementos que atenúan sus afirmaciones o expresan duda (por ejemplo, modalizadores epistémicos, como "creo que es así", "quizás/ probablemente, sea así"). Por último, recurren, a menudo, a preguntas eco ("¿no te parece?", "¿verdad?", "¿no?", "¿eh?") con las que tratan de asegurarse de que cuentan con la aprobación de su interlocutor, evitando el conflicto. En el nivel discursivo, Lakoff señala que las mujeres citan, con frecuencia, las opiniones de otros individuos o grupos que corroboran y legitiman las propias afirmaciones (citas de autoridad). La presencia de estos recursos en la interacción se incrementaría en los contextos comunicativos en los que se hacen más patentes las desigualdades de poder (conversaciones mixtas y contextos particulares, como los tribunales, etc.: véase, O'Barr y Atkins, 1980).

Sin embargo, todos estos rasgos deben ser considerados como elementos lingüísticos que conformarían el estereotipo de habla femenina, antes que como marcadores de género o elementos que definen a un sociolecto femenino. Estereotipo que responde también a cómo se enseña a hablar a las mujeres, el cual negaría a la mujer la posibilidad de expresarse con fuerza y rotundidad, y favorecería una expresión ligada a la trivialidad y a la falta de criterio propio4. Las mujeres pueden adherirse en mayor o menor grado a este estereotipo y la sola presencia de alguno de estos rasgos pueden servir para evocarlo.

4. ¿Qué se entiende por sexismo lingüístico y cómo opera?

Los estudios sobre el sexismo se han ocupado de cómo las lenguas "tratan" a las mujeres. Se parte de la hipótesis de que en la lengua común aparecen una serie de recursos y estrategias lingüísticas que desempeñan un papel en el mantenimiento de la dominación masculina, ocultando la participación de la mujer en la sociedad, imponiéndole una imagen estereotipada y silenciando sus puntos de vista. La cuestión es, por tanto, evaluar si existe, de hecho, sexismo en la lengua y a través de qué recursos se manifiesta.

Entre los fenómenos en los que los lingüistas han encontrado con más frecuencia manifestaciones sexistas:

1) el desequilibrio en las formas de tratamiento que señalan la falta de independencia que se atribuye a la mujer, así como las diferencias de status (términos que marcan el estado civil de la mujer como "señora "/"señorita" o "mi mujer"/"mi marido"; uso frecuente del nombre de pila y sus diminutivos para la mujer, frente al uso del apellido para designar al varón).

2) fenómenos que imponen a la mujer una imagen descalificadora como duales aparentes (con distinto significado en masculino y en femenino: "un profesional"/"una profesional"); asociaciones estereotipadas ("mujeres listas o histéricas" frente a "hombres inteligentes o estrenados"); vacíos léxicos para referirse a ciertas cualidades y actividades, presentándose un problema cuando el referente es una mujer ("hombre de estado"; "caballerosidad"); insultos que atribuyen el universo de lo positivo al género masculino ("ser cojonudo" frente a "ser un coñazo") y refranes sexistas.

3) fenómenos que ponen de manifiesto el arraigo de una visión masculina de la sociedad y de los actores sociales: vocablos androcéntricos, especialmente, el léxico de la sexualidad, que transmite y afianza una visión violenta del acto sexual, como forma de sometimiento del otro, mientras que todo lo que se refiere al gozo y al placer parece reducirse a los que experimenta el género masculino; ausencia de formas, femeninas en el léxico referido a oficios y profesiones. La incorporación de la mujer a cargos públicos y la tendencia, cada vez mayor, de los hablantes a marcar el género plantean problemas de denominación para los se existen ya distintas estrategias de resolución; saltos semánticos que indican que los masculinos extensivos incluyen ambos géneros no se emplean o no se interpretan, de hecho, como tales, produciéndose, en el mejor de los casos, equívocos y ambigüedades, y excluyendo a la mujer del discurso en numerosas ocasiones ("yo contrato siempre trabajadores competentes, ... con las mujeres, los criterios de selección son otros").